vida
Fotógrafa austriaca, nacionalizada estadounidense, nacida el 27 de mayo de 1923 en Graz (Austria) y fallecida en Nueva York el 30 de enero de 2002.
Se inició como fotógrafa a los veintinueve años de manera accidental, por pura exigencia profesional. Se formó en el estudio de lenguas y literaturas romances en Berlín y Bucarest y se dedicó, entre otras actividades, al periodismo radial para las cadenas de radio “Red Whait Red”, a la traducción y a la prensa escrita como redactora de la sección de los Servicios de Información de las Fuerzas de Ocupación Americanas en Salzburgo y más tarde en Viena, antes de consagrarse a la fotografía en 1952.
Sus inicios en la fotografía fueron del todo autodidactos ante la imposibilidad de una educación audiovisual en la Austria del III Reich.
Es por ello que empezó a coleccionar revistas especializadas -Life- y a comprar libros sobre fotografía. Así conoció a fotógrafos como Ernst Haas con el que formó un magnífico equipo fotógrafo/redactora para la realización de distintos reportajes en la revista austriaca Heute que los americanos publicaban en Munich y con la que Inge colaboraba.
Los trabajos realizados por ambos fueron conocidos por el fotógrafo alemán Robert Capa quien les animó a formar parte de la recién creada agencia “Magnum Photo” de París.
En 1951 contrajo matrimonio con Lionel Birch, motivo por el cual hubo de trasladarse a vivir a Londres y se separó del grupo “Magnum”.
Allí aprendió los rudimentos de la fotografía de manos de Simon Guttman, uno de los padres del fotoperiodismo moderno. Compró una Leica y empezó a trabajar incesantemente sin resultados alentadores pues, en el entorno británico, no era conocida como fotógrafa por lo que las posibilidades de que no tomaran en serio su trabajo eran muchas, todas.
Es por ello que adoptó el nombre de Egni Tarom y empezó a mandar reportajes gráficos a todo tipo de revistas.
En ocasiones vendía algo, en otras, las más, era elogiada por su buen ojo pero criticada por su escasa técnica. Lejos de hundirse en una suerte de “pesimismo técnico” trabajó duramente en el cuarto oscuro de grandes profesionales con el fin de aprender técnica de laboratorio como ayudante desinteresada.
Una vez divorciada y de regreso a París trabajó durante meses en un reportaje sobre los primeros sacerdotes católicos militantes que vivían en los barrios más pobres de la capital francesa.
Son imágenes de una fuerza desgarradora al tiempo que sensibles y melancólicas.
Estos aspectos van a marcar definitivamente su obra que, por fin, obtiene los frutos deseados pues, una vez terminado el reportaje, se lo envió a Robert Capa a quien gustó tanto que le propuso formar parte de “Magnum”, primero como asociada, después como miembro de pleno derecho.